23 dic 2009

Dos cuentos nuevos: "Ceniciento" y "Tarzana"

El Gobierno General de Cantabria, presidido por un personaje original, Miguel Ángel Revilla, elegido democráticamente según las leyes, ha organizado una campaña denominada “La igualdad también es cosa tuya” y una de sus actividades consiste en publicar guías de cuentos y juegos no sexistas. Su objetivo, dice, es “combatir los estereotipos de género anacrónicos, que favorecen la perpetuación de un modelo de relaciones de género injusto y desigual, que perpetua una parte de la literatura infantil y juvenil”.
En estas guías, a las historietas y cuentos tradicionales se les da la vuelta. En ellos los hombres y las mujeres no realizan sus roles tradicionales. Aprovechando la Navidad, en la que se compra y se regala más, pero que no siempre se lee más, se han lanzado los dos primeros cuentos: “Tarzana” y “Ceniciento”. “El príncipe Ceniciento no parecía un príncipe, porque era bajito, pecoso, sucio y delgado, siempre en casa, limpia que te limpia...” Así empieza el cuento “El príncipe Ceniciento”, siempre con la fregona en mano, al igual que “Tarzana”, una mujer forzuda, que va de liana en liana en un mundo donde los hombres y las mujeres no detentan los roles tradicionales. Un niño que no sepa nada de estas historietas las leerá como dos cuentos nuevos. El niño que ya los haya leído o los haya escuchado, se dará cuenta del cambio de roles de los protagonistas, quizás vea contradicciones con lo que ocurre día a día y se sorprenderá de que los protagonistas realizan roles, que corresponden a personas de sexo contrario, quizás se haga un lío, quizás crea que lo que realmente ocurre es lo que ve en la vida diaria y que lo que lee es lo irreal. Su cabeza se llenará de nudos sin desatar.
Si alguien le ayuda a despejar dudas sería mejor.
A veces estas iniciativas las crean los mayores, cuando levitan y se elevan a las nubes, perdiendo el contacto con la realidad o cuando pretenden adelantarse en el tiempo, estar en verano cuando aún no ha pasado enero. A veces las crean los mayores para entretenerse ellos, creyendo que los niños son juguetes suyos. Hace falta sentido común. No hay que tener prisa, los cambios sociales necesitan tiempo.
Un plato cocinado en el tiempo necesario sale bien y será un éxito, pero, si se pretende cocinarlo en un tiempo muy corto, es posible que se arrebate, y en este caso no se lo comerá nadie y habrá que tirarlo a la basura.

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