8 ene 2009

Caes las ventas de coches

La venta de coches de España ha sufrido la mayor caída de la historia. Durante 2008 se comercializaron un total de 1,16 millones de turismos y todoterrenos, cifra similar al año 1998, lo que supone una disminución del 28,1% respecto a los 1,61 millones de 2007. Diciembre ha cerrado con una caída del 49,9%..

Hay que ir al año 1993, para ver un descenso en el número de matriculaciones del 23,5%.


Las razones han sido el aumento de la fiscalidad para los coches todoterreno, la eliminación del Plan Prever, el deterioro general de la situación económica, el aumento de la tasa de desempleo, la menor renta disponible de las familias, debido al aumento de su endeudamiento, la fuerte restricción de los créditos, etc.

La patronal, nerviosa, limosnera, lloriqueando, le ruega al gobierno una línea de crédito ICO de 10.000 millones € y la supresión del impuesto de matriculación, pero no caerá esa breva, porque la eliminación de este gravamen supondría que las comunidades autónomas dejarían de ingresar este año unos 880 millones de euros de un impuesto, cuyo 82%, se concentra en las pocas regiones que cuentan con fábricas de coches

¿No vivimos en un mundo de liberalismo económico? ¿No se regula sólo el mercado? Pues dado que no hay demanda, que bajen los precios. Si un Mercedes ML se pone en venta por 30.000 € se venderá como los churros.


Según los posmodernos ecologistas, se podría aprovechar la caída en la ventas de coches para cambiar esta “sociedad de automóvil” por otra menos estresante y menos contaminante, frenando el cambio climático, que, día a día, nos meten en la sopa los telediarios, para buscar audiencia y quedar bien.


Para los fans del imparable progreso, se podría promocionar el coche eléctrico o de agua, invento que quizás estimularía la recuperación económica, véase la máquina de vapor o el ferrocarril o el propio automóvil en su momento.

Más fácil imposible: si una empresa produce un coche eléctrico o de agua, lo vende bien y saca beneficios, acudirán al nuevo filón de ganancias espabilados empresarios a hacer su agosto. Sería el fin del automóvil convencional y habría un tirón económico, imparable en unos años. Las propias petroleras acudirían como las moscas a la miel.



Bueno, a lo mejor, si no se compran coches, es porque no hacen tanta falta, porque sobra con uno sólo y más económico.

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