Al ministro de Solbes le han peinado, le han vestido simétricamente, le han puesto como un pincel y le han sacado en los “media” serio, pero tan plasta como siempre, para que tranquilice a la clientela. Barreda, presidente de la Comunidad Autónoma manchega, ha echado la culpa al “ambiente de caza y derribo, que ha envenenado el ambiente”. La “pepera” Cospedal, “la pedal” en los pasillos de Génova, ha culpado de la insolvencia de la Caja a la irresponsabilidad del PSOE. Pepiño dice que “el PP lo que quiere es que se rompa el sistema financiero, para quedarse con el solar” (éste sólo lee las soflamas y eufemismos, que le escriben otros)
Seguro, seguro… que la culpa la tienen los clientes.
En los órganos de decisión de las Cajas participan políticos de las provincias y comunidades correspondientes, que no son expertos, pero sí responsables como gestores y administradores por invertir donde no debían y dar préstamos a insolventes. Ellos son los culpables
Hernández Moltó, aquel que le espetó a Mariano Rubio con un “¡Míreme a los ojos!, ¿No me recuerda?”, tiene hoy la mirada baja, pero el bolsillo lleno y desde hace tiempo sus dineros están seguros en otra entidad distinta a la que ha presidido.
Lo que tienen que hacer los clientes de la Caja manchega es ir ahora mismo a sacar sus ahorros de la entidad y llevarlos a Suiza, donde los gestores si saben de cuentas e inversiones.
¡Todos a Suiza!
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