12 feb 2009

Darwin

“Todas las especies incluido el hombre han evolucionado a partir de un antepasado común, mediante la selección natural. Sobrevive el mejor, el que se adapta al ecosistema”, dijo Darwin.

Los timoratos, mogigatos, recatados y gentes con muchos escrúpulos se asustaron, santiguaron y caricaturizaron la cabeza de Darwin sobre el cuerpo de un primate. ¡Darwin, anatema!



Si embargo, aquella fue una explicación lógica, basada en la observación de la Naturaleza, porque la Naturaleza es la maestra de la vida, enseña, no engaña, es verdadera. El hombre, como Darwin y todos los científicos, debe intentar descubrir las leyes de la naturaleza, su funcionamiento y aprovecharlas para mejorar sus condiciones de vida. Si el hombre utiliza su inteligencia, se libra de prejuicios y sigue sus enseñanzas, progresara indefinidamente.

Hace 200 años nacía Charles Darwin, el del evolucionismo, el de la “evolución de la especies”, que fue una auténtica revolución.

Hoy ya hay un espectacular desarrollo de la biogenética: la clonación o creación a partir de la célula de un individuo otro idéntico a él, los transgénicos, organismos vivos, creados artificialmente, manipulando sus genes, el genoma o total de cromosomas, DNA, de un organismo incluidos los genes, responsables de la herencia…



Esto ya no es ciencia-ficción, sino realidad científica.

¡Bien por Darwin!

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