5 may 2009

Las tiendas "Crisol"

Oscuros nubarrones se levantan en el horizonte de PRISA. La dirección está nerviosa, los acreedores apremian y las arcas están vacías. PRISA está cerrando empresas.
Inquietud.
Crisol, la red de tiendas de venta de libros, videos, música y artículos de ocio cultural está “echando la tranca” a sus puertas. Adiós a las tiendas en la Castellana, López de Hoyos y Juan Bravo. Santillana quita lastre. Dice Cebrián que ocurre porque ni la música ni el video es negocio, pero se olvida que estamos en una crisis global y, sobre todo, de la responsabilidad de los propios gestores. Cuando compraron la editorial Aguilar cambiaron los libreros especializados “ a pie de libro” por vendedores tras ordenador.
El visionario Polanco pretendió que estas “tiendas” fueran espacios de ocio cultural (videos, música, libros, papelería, prensa…), que sirvieran de plataforma para la promoción y presentación de escritores a través de firmas de libros, tertulias y conferencias.
Laicismo por las estanterías y masonería por los rincones. Las mañanas domingueras servirían de contrapeso a las iglesias y la copa de cava, tras la presentación de algún libro, a la sagrada eucaristía de “misa de doce”.
Aquella cultura de supermercado, pionera, empezó en 1987, pero ha ido perdiendo fuelle como un globo pinchado. El modelo ha ido cediendo paso a La Casa del Libro, a FNAC, al Corte Inglés y a las grandes superficies. En los noventa llegó a haber 17 tiendas, que en movimiento uniformemente acelerado se fueron quedado en tres. Google Earth y e-mule le han dado la puntilla. Ha pasado el “ciclo-Crisol” y su modelo de difusión cultural.
No pasa nada. De la librería al supermercado y ahora ¿qué? , ¿Los digitales? O, a lo mejor Crisol sólo era negocio y no cultura.
Se está escribiendo el epílogo de Crisol.

No hay comentarios:

Publicar un comentario