30 jun 2009

Madoff ha sido condenado

Por fin, este cerdo impresentable ha sido condenado a 150 años de merecida cárcel.


Bernard Maadoff tiene bien merecida la fama de estafador a sus 70 años, la mayoría como inversor de Wall Street. A él confiaban sus ahorros muchos adinerados, no porque era honrado, sino porque les prometía hacerlos más ricos de lo que eran.
Sus clientes eran tan codiciosos como él, no eran los palurdos de las serranías, seducidos por la música del dinero fácil, sino la elite financiera mundial, la aristocracia de las grandes fortunas, los brokers que mueven cientos de millones de euros con una pestaña, todos ellos atrapados por la fácil complicidad entre la codicia y la estupidez. Su habilidad para atraer clientes consistía en aplicar el viejo ungüento de la exclusividad, reservándose el derecho de admisión y el rechazo de inversores, que no eran "pata negra". Sólo podían ser clientes, los mejores y estos eran los que acudían como las moscas a la miel o, más bien, a la mierda del basurero.

En España han sido pillados por este "pillastre" con ojillos de "pillín" Alicia Koplowitz, Juan Abelló, Lladró, los hermanos Almodovar, los Suñer, los Serratosa, los Somoza ...y en América, Spieldberg, Scorsese, bastantes banqueros y hasta judios, cosa difícil. Todos ellos, al cabo, analfabetos financieros: grandes toneladas de codicia convertidas en estupidez.
Eso sí: han sido estafados con elegancia, glamour y excelencia.
En cambio, los inteligentes de la muchedumbre de aquí abajo, se están desternillando de risa y de sana mala leche.
Mi vecino, escalera abajo, anda deletreando con una sonrisa irónica: ¡Qué-se-jo-dan, cho-ri-zos!
Yo le digo, que esta voluminosa condena se quedará en nada y que el jodido va a ser él.
Pero, riéndolse, sigue deletreando por el hall: ¡Cho-ri-zos!
Pues eso, ¡que se jodan!



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