26 sept 2009

El burkini

¡ATENCIÓN!. Ha nacido el burkini, prenda de baño, diseñada para mujeres, preferentemente musulmanas, como “la gran alternativa al bikini”. Visto así, parece como si el bikini fuese una prenda anticuada, vieja, prehistórica….
Pero, no. El burkini es un traje de baño de cuerpo completo, una prenda de arriba-abajo, que incluye el “hijab” o velo islámico y el “burka” o velo tupido, que cubre la cara y, a veces, los ojos. Las mujeres con burkini completo se cubren totalmente, excepto manos y pies. Sin embargo, hay un modelo más “avanzado” que también deja ver la cara.
La diseñadora, Aheda Sanetti, libanesa afincada en Australia, promociona su prenda, manifestando sus enormes ventajas: la tela utilizada no absorbe el agua, no se empapa y, por tanto, no tira de la bañista hacia el fondo, protege del sol a la vez que permite pasar el aire, evita se pegue la arena, en fin, combina pudor-protección-comodidad.
Es una prenda recatada, protectora y cómoda”, dice y continua “permite a la mujer nadar, sin que se puedan adivinar las formas del cuerpo, pero, de ningún modo, es un “blindaje de la mujer”, como acusan los occidentales intolerantes”.
El caso es que el burkini causa problemas por donde se usa.
A principios de agosto, a una mujer musulmana con 'burkini', cuando se disponía a bañarse en una piscina pública de Paris, le impidieron meterse en el agua, porque “las normas de higiene de esta piscina prohíben bañarse con cualquier tipo de prenda que no sea un traje de baño elástico y perfectamente ajustado al cuerpo”. Ella, airada, se fue, directa, a poner una reclamación, pero tampoco se la admitieron. A continuación, amenazó con llevar el tema a la Justicia, porque lo considera “una discriminación y un acto xenófobo”. Inmediatamente, se reabrió la polémica: ¿la persona que se mete al agua está obligada por su religión a cubrirse el cuerpo entero? ¿Tiene derecho a bañarse en una piscina púbica y en una playa o no? Menos mal que el presidente Sarkozy cortó por lo sano, asegurando que “el burka no es bienvenido en Francia, porque va en contra de la dignidad de la mujer”.
En Italia ha ocurrido algo parecido. Una mujer con 'burkini' estaba nadando en la piscina municipal de Verona, mientras la mayor parte de los bañistas protestaban. Enseguida, el director del recinto le informó que en una piscina pública sólo se podía entrar con un traje de baño de características, que su 'burkini' no cumplía. La mujer se marchó de la piscina “echando pestes” en árabe.
Días después de este altercado, el alcalde de Verona dijo "a la piscina se viene en traje de baño y punto, hay reglas que tienen que ser respetadas y, si esa mujer no quiere usar un bikini o un bañador, que se bañe en su casa".
En un estado fundamentalista permitirían ir a una mujer europea en bikini o en “top less”?. Allí las mujeres y los hombres hasta se bañan en piscinas distintas.
El burkini, en vez de liberar a la mujer musulmana, es una forma de mantenerla sometida, pero eso sí, dice la diseñadora que con “estilo”.
La prenda cuesta unos 100 € y ya se han vendido 10.000 piezas. Lo que ocurre, en realidad, es que Aheda Sanetti quiere darse a conocer como “modista”, quiere ganar dinero, ha visto un posible mercado de millones de mujeres islámicas consumidoras y se aprovecha de las rígidas normas, que establece el Corán sobre el atuendo femenino.
Las musulmanas sólo lo comprarán si se lo permite su esposo o su padre, quienes probablemente, escandalizados, las recluirán en el hogar a que realicen “sus labores”.
La diferencia estre accidentales y musulmanes es abismal. ¿Está claro, no?

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