21 ago 2009

Woodstock, 40 años de mito

En 1969 durante los días 15, 16 y 17 de agosto en la granja de Bethel, a 50 millas de Woodstock, en Ulster Country, estado de Nueva York, tuvo lugar el mayor festival de música rock de la historia. Esto ya se sabía desde entonces, pero el acontecimiento se ha inflado tanto, que hoy es un mito consolidado.
Su trascendencia se debió inicialmente al documental, que hizo Michael Wadleigh y que montó Martin Scorsese. Tras una buena promoción fue estrenado en 1970, ganando el “Oscar al mejor documental”. Algunos años después la Biblioteca del Congreso de los Estados Unidos le concedió el título de "culturalmente significativo" y fue seleccionado para su conservación en el National Film Registry.


El mito se fue haciendo al acudir a él como referencia de lo que iba ocurriendo en la música moderna después:
Que si la oposición local casi logró cancelar el evento, que si un joven convenció a su padre para acoger al concierto en los terrenos de la familia, que si hubo tres muertes: una debida a una sobredosis de heroína, otra a una ruptura de apéndice y una última a un accidente con un tractor, que si ocurrieron dos nacimientos, que si congregó a 500.000 de espectadores, que si la organización esperaba 60.000, que si 250.000 no pudieron llegar, que si la entrada costaba 8 dólares, que si la mayoría eran hippies de los de melena, amuletos y faldas de colores, con el arco iris, símbolo de la paz, que si fue una protesta contra de la guerra de Vietnam, aunque Jimi Hendrix tocara el himno estadunidense para demostrar que, aunque estuvieran en contra de la guerra, se sentían estadounidenses, que si el amor libre, las drogas LSD y marihuana, la vida en comunas, el ecologismo, la melomanía, que si las condiciones sanitarias fueron nulas y no había aseos, que si -¡mucha paz!, pero también mucha inseguridad y delincuencia, que si sus organizadores acabaron con pérdidas, pero el documental las compensó con creces…


La música y los músicos fueron lo mejor, de auténtica calidad. Mis preferidos fueron: 1.- Jefferson Airplane “Samebody to love”, 2.- Creedence Clearwater Revival “Aput a spell on you” y “Proud Mary”, 3.- Carlos Santana “Jingo”, 4.- The Who “My Generation”, 5.- Joe Cocker “With a litle help from my friends”, 6.- Crosby, Stils, Nash & Young “Marraquesh Expres”, 7.- Joan Baez, 8.- Yohnny Winter, 9.- Jimmy Hendrix y 10.- Ten Years After.
Hoy un acontecimiento como aquel no podría ocurrir. El contexto, las circunstancias son muy diferentes. En su lugar está el Centro de las Artes de Bethel con la finalidad de rascar el bolsillo a nostálgicos y curiosos.
Woodstock se convirtió en el ícono de una generación de norteamericanos harta del Vietnam, que, lógicamente, pregonaba la paz y el amor como forma de vida y que mostraban su rechazo al sistema.
La manera de ver aquel acontecimiento se ha ido reajustando con el tiempo. El consenso actual, final, es el resultado de reinterpretaciones y refritos continuos.
Una encuesta de Gallup Consulting admitió que podría haber habido en el festival de Woodstock hasta 1.000. 000 de asistentes, si se contaban todos los que decían haber estado, igual que si se contabilizan todos los estudiantes españoles que decían haber estado en París en mayo del 68 o aficionados al cine en Perpiñan, viendo la película “El último tango en París”.

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